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mgaleanoa7

Mi primer matrimonio...


La emoción de la primera vez siempre se queda grabada en la memoria, especialmente si se trata de una experiencia que te apasiona. Para mí, esa experiencia fue fotografiar una boda con Más que 1000 palabras. La mezcla de nerviosismo y emoción me invadió desde que le pregunte a Ana si me dejaba ir y ser parte del equipo de fotógrafos.


A pesar de mi poca experiencia en la fotografía, nunca había tenido la oportunidad de fotografiar una boda y menos aún, de hacerlo con una empresa tan reconocida en el medio. Así que, no podía evitar sentir un poco de ansiedad y nervios por hacer bien mi trabajo.


El día de la boda llegó y estaba tan emocionada como nerviosa. Me aseguré de preparar todo mi equipo con anticipación e incluso lleve un montón de inspirción de pinterest para ver si podía llegar a tomar ese tipo de fotos con los novios. Sabía que la fotografía de bodas no era solo sobre capturar momentos, sino sobre contar una historia de amor a través de imágenes (Primera enseñanza que me dijo Ana el dia previo a la boda).


Cuando empece, comencé a tomar las fotos en formato JPG y con la fecha en la imagen, sin saber que esto podría causar problemas en la edición posterior. La adrenalina y emoción eran altas y quería capturar cada detalle, pero a medida que avanzaba el día, empecé a notar que algunas de mis fotos no quedaban del todo bien.


A pesar de los contratiempos, seguí adelante, enfocándome en capturar cada momento especial de la boda. Las emociones de los novios, la decoración, la música, todo lo que hacía que ese día fuera especial, quedó registrado en mi cámara.


Después de la boda, llegó la parte de la edición. Como sospechaba, las fotos con la fecha y en formato JPG no fueron fáciles de manejar y pues no quedaron muchas de mi parte, Pero gracias a la ayuda de Ana, quien me enseñó a corregir mis errores y hacer que las fotos quedaran bacanas, pude mejorar mis habilidades y aprender de mis errores.


Ahora, cuando miro atrás, me doy cuenta de lo importante que es aceptar nuevos retos y de la satisfacción que se siente al superarlos. También aprendí la importancia de estar bien preparada, de conocer a los novios y de adaptarme a las circunstancias. La experiencia me enseñó que la fotografía de bodas es un arte que requiere no solo habilidad técnica, sino también sensibilidad y pasión.


Mi primer matrimonio con Más que 1000 palabras no solo fue una experiencia emocionante y desafiante, sino también un paso importante en mi carrera como fotógrafa. Aprendí mucho, me llevé recuerdos inolvidables, pase muy rico y me hizo enamorarme de la fotografía de matrimonios. Agradezco a la empresa por darme la oportunidad de ser parte de un momento tan especial en la vida de una pareja y por ayudarme a crecer en mi carrera.


Al oprimir el siguiente botón, podrás ver las galerías de matrimonios que he tenido la oportunidad de capturar.




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